Pantalones de golf: de los bombacho al tejido hidrófugo

Pocas prendas deportivas dejan tras de sí tanta historia como los pantalones de golf o “plus-fours”, denominados así por los ingleses debido a que, antiguamente, se extendían 4 pulgadas por debajo de las rodillas.

Estos pantalones, de estilo bombacho, se combinaban con largas medias de algodón y se empleaban en la práctica de otros deportes desde finales del siglo XIX debido a su comodidad, entre ellos, el ciclismo.

ORÍGEN DEL PANTALÓN DE GOLF

Los tradicionales pantalones de golf le deben su origen a Eduardo VIII, por aquel entonces Príncipe de Gales, que comenzó a emplearlos para jugar al golf. Eduardo VIII demostraba ya entonces un gran gusto por la estética, la practicidad y la comodidad a la hora de vestir, de ahí que, muy pronto, el uso de la prenda se extendiese entre las clases británicas más pudientes, que deseaban imitar al que fuera después monarca, amante de los guiños a la vestimenta escocesa, convirtiéndose en prácticamente un uniforme estandarizado sobre la hierba que acabó por imponerse a nivel internacional.

No es de extrañar que la historia de estos pantalones esté ligada a la del juego del golf en Gran Bretaña y, más concretamente, a Escocia, al fin y al cabo, fue precisamente allí donde se popularizó este deporte y, con él, sus normas y "dress code".

Ya en los años 20, los pantalones de golf eran sinónimo de sofisticación, elegancia, dinamismo y, por qué no decirlo, aventura, pues también eran empleados para la práctica de deportes como el alpinismo o la escalada. De hecho, no hay más que ver esas fotos antiguas, que encontramos publicadas en internet, en las que aparecen grandes escaladores de la época como Ricardo Cassin para comprobar que los pantalones de golf se habían convertido, a principios del siglo pasado, en la prenda predilecta de los amantes del deporte de riesgo.

No sería hasta bien entrados los años 30 que muchos hombres comienzan a prescindir de los pantalones bombachos y las medias para vestir pantalón largo para jugar al golf, normalmente de telas vaporosas que permitiesen la movilidad y facilitasen la transpiración de la piel. La chaqueta, la camisa y el jersey de punto darían forma al resto del conjunto, que comienza a prescindir de la corbata.

PANTALONES SOLO PARA HOMBRES

Los pantalones bombachos eran cosa de hombres, las mujeres golfistas debían vestir, a finales del siglo XIX, falda plisada por debajo de la rodilla o recta con pliegues atrás para facilitar el movimiento de las piernas y caderas, además de chaqueta, sombrero y blusa o jersey de punto.

Será en los años 30 cuando comiencen a comercializarse vestidos de una sola pieza no solo para la práctica del golf, si no de otros deportes en los que las mujeres tenían cabida.

Si buscamos imágenes de estrellas femeninas del golf de la época como Charlotte Cecilia Pitcairn Leitch (1891-1977), la primera mujer en destacar en el golf británico capaz de ganar 12 títulos en Inglaterra, Francia y Canadá; Mildred Ella Didrikson “Babe” Zaharias (1911-1956), durante cinco décadas, la única mujer en superar el corte en un torneo de golf masculino en EEUU; Patricia Jane Berg (1918-2006), miembro fundador de la LPGA, o Elvira Larrazaval (1933-2016), primera profesional femenina del golf español, podremos comprobar por nosotros mismos la indumentaria predominante de las golfistas en la primera mitad del siglo XX.

Todas ellas portaban una indumentaria similar compuesta por chaqueta de punto y blusa, falda por debajo de las rodillas, medias o calcetines cortos y los característicos zapatos de golf de entonces. Tan solo Larrazaval, la más joven de las citadas, parece llegar a vestir pantalones y camiseta de manga corta.

DE LA LIGEREZA A LA TECNOLOGÍA EN LOS PANTALONES DE GOLF

La vestimenta propia del golf y, con ella, los pantalones de golf fueron evolucionando a lo largo del siglo XX en la medida que la práctica de este deporte se asentaba en otros países.

La climatología mucho más suave y las altas temperaturas que debían soportar los golfistas durante los torneos celebrados en determinadas zonas de EEUU, donde el golf irrumpió con fuerza, dieron pie a la incorporación de tejidos y prendas más ligeras y livianas, una moda que se fue trasladando poco a poco a Europa en la medida en que aumentaros los torneos internacionales.

El último gran cambio en el “dress code” del golf llegó de la mano de grandes marcas estadounidenses como Nike o Adidas, que incorporaron la innovación tecnológica a la vestimenta en el golf para mejorar el rendimiento de los jugadores. Fibras textiles que aumentaba la transpiración, de rápido secado, impermeables, etc., fueron algunas de las novedades que junto a un nuevo estilo más “casual” y colorido cambiaron el panorama sobre el “green”.

Hoy en día, la apuesta de la moda en el golf sigue el mismo camino: líneas más deportivas en todos y cada unos de los complementos y mucha tecnología, en definitiva, ropa muy técnica para mejorar la movilidad, el “confort” e incluso el juego de los golfistas, quienes pueden elegir entre una amplísima variedad de firmas y gamas que incluyen avances sorprendentes, incluso pantalones con tejido hidrófugo.

Imagen de Buengolpe Medios
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