Respiración y buena condición física: tus grandes aliados sobre la hierba

Sí, estar en forma mejora el juego. Mantener una adecuada tonificación muscular brinda a nuestros golpes mayor control y potencia, es decir, nos permite cubrir distancias más largas y dibujar la trayectoria deseada para nuestra bola, reduciendo así el margen de error. Sin mencionar otras cualidades importantes para nuestro “swing”, que mejoraremos sin dudarlo, como la elasticidad, la flexibilidad, la resistencia pulmonar, la relajación, la coordinación, la capacidad de concentración y el nivel de exigencia.

Pero, ¿cómo podemos optimizar nuestras capacidades físicas para incrementar nuestro rendimiento en el golf? Si hemos optado por la contratación de un paquete de clases en nuestro club de golf español favorito, el entrenador escogido nos indicará qué ejercicios debemos llevar a cabo fuera del campo de golf y con qué frecuencia e intensidad si queremos paliar las principales deficiencias de nuestro juego, evitar lesiones y aguantar, como si tal cosa, un circuito de 18 hoyos. Las tablas de ejercicios pensadas para jugadores de golf suelen ser muy completas y trabajan desde la parte abdominal a la lumbar, pecho, antebrazos, glúteos, pernas, muñecas, hombros y cuello. El profesor nos podrá indicar, además, los ejercicios idóneos de calentamiento y estiramiento adecuados para llevar a cabo minutos antes de practicar nuestro “swing”.

UNA TABLA DE EJERICICOS COMPLETA

Aunque lo ideal sería sacar el tiempo suficiente como para entrenar una hora diaria, somos conscientes de que el trabajo y la vida social y familiar no son fáciles de conciliar, así que deberíamos proponernos dedicar, al menos, un par de horas a la semana a ponernos a tono. Esas dos horas, unidas a las que dediquemos a jugar al golf sobre la hierba, serán suficientes para mantenernos en buena condición física si practicamos el golf como pasatiempo.

Como en todo deporte, tendremos que realizar ejercicios generales, encaminados a mejorar nuestra condición física, y específicos, cuyo objetivo es trabajar y potenciar aquellas partes del cuerpo decisivas a la hora de jugar al golf. Así, toda jornada de entrenamiento para optimizar nuestro rendimiento deportivo debería comenzar por un ejercicio cardiovascular, es decir, salir a correr, hacer bicicleta, elíptica…, durante al menos 15 minutos.

A continuación, podremos comenzar a trabajar cada uno de los músculos directamente implicados en la practica del golf: sentadillas, levantamiento de peso con las piernas o “stepper” para aumentar la potencia y resistencia de nuestras extremidades inferiores; abdominales y ejercicios de torsión y rotatorios con poleas o balón medicinal para fortalecer el tronco, y remos y flexiones para los hombros, el pecho y la espalda.

Estas son las prácticas más habituales de quienes acuden al gimnasio en busca de un físico ideal para jugar al golf, aunque no las únicas, pues existen multitud de tablas diseñadas por profesionales de la salud y el rendimiento físico óptimas para alcanzar nuestro cometido.

LA IMPORTANCIA DE LA FASE PREVIA

La práctica del golf también exige un precalentamiento. Estirar durante al menos 15 minutos antes de comenzar a jugar evitará dolores de muñecas, hombros, rodillas y esas molestias lumbares que suelen aparecer entre quienes se enfrentan a una jornada de golf completa por vez primera. Si no quieres que una tarde de golf te impida volver a jugar al día siguiente, no te la juegues, entrena, calienta y estira.

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